Domi Star tiene sus raíces en una historia de fuerza y amor. Todo comenzó en 2010, cuando Dominga, mi mamá, abrió El Roperito de Domi, un pequeño espacio donde vendía ropa usada, algo que siempre fue parte de nuestra vida. Con humildad y creatividad, ella supo hacer frente a tiempos difíciles, tras una separación que nos llevó a una situación económica ajustada. Así, con el valor de reinventarse, surgió este proyecto que unía estilo y resiliencia.
Mi mamá falleció en 2014, pero su espíritu sigue vivo en cada rincón de Domi Star. Tomé la posta, y en honor a ella, quise llevar la esencia de su legado a algo más grande, a algo que celebrara nuestra historia con un nombre que brilla, como ella siempre lo hizo: Domi Star. Con esfuerzo y tras desafíos que me hicieron más fuerte, abrí mi propio local y, en plena pandemia, lancé nuestra tienda online, llevando nuestras prendas a cada rincón de Argentina.
Para mí, cada prenda tiene una magia única, una historia que merece ser recordada y celebrada. Usar ropa que ya tuvo una vida es llevar un pedacito de pasado, lleno de recuerdos y sueños. Amo imaginar quién la usó, cómo vivió en ella, y darle un nuevo comienzo, siempre desde una mirada positiva.
Hoy, Domi Star no solo es un lugar donde encontrar ropa con historia; es un homenaje a mi mamá y a todas las personas que, como ella, saben que la verdadera estrella es la autenticidad.